El Rey del España un siglo después expulsó a los Jesuitas de México reemplazándolos con misionarios de la orden Franciscana. En o que puede ser descrito como una forma de Tratado de Libre comercio al revés –México fue obligado a cortar la producción de vino para proteger la industria de vino española. Como resultado de esto, México nunca desarrollo su potencial de industria de vino pese a tener un excelente tierra y clima para la producción de la uva.

La villa de Cerocahui ubicada en las montañas del Cañón del Cobre cuenta con un microclima que aproxima condiciones de clima primaveral todo el año, asegurando una perfecta cosecha de uva año con año. Ó, uno podría decir, Siglo tras siglo.

Cuando los Jesuitas dejaron Cerocahui, los viñedos fueron destruidos- excepto por algunos cortes secretamente replantados detrás de la casa de José María Sánchez. La Familia de José María preservaron las vides con cuidado, protegiéndolas y disfrutándolas por muchas generaciones hasta hace 25 años cuando el último Sánchez murió sin descendencia.

Las especies de uva roja herencia del viejo mundo estuvieron en peligro de perderse por siempre, pero fueron salvadas cuando el jardinero de Sánchez, trabajando en el Hotel Misión en Cerocahui, decidió restaurar la vid, plantando cortes en terrenos no utilizados, adyacentes a la Catedral de Piedra construida para los Tarahumaras y el orfanato para las niñas indígenas.

Durante las décadas desde entonces, el viñedo original localizado sobre una subida apacible en medio del pueblo se ha ampliado a través del río y ahora tiene más de 4,000 vides en la cultivación. Como muchas otras pequeñas bodegas de producción - envían las uvas a bodegas más grandes para envejecer y embotellar a los datos espec íficos de Misión.

Los viñedos se han convertido en la pieza central para el hotel de la era colonial y la villa. Todas las habitaciones de los huéspedes se abren a una explanada con un porche rústico con sillas talladas a mano y bancos que parecen invitar al huésped a reducir la velocidad y absorber el ambiente pacífico. El ciervo, el león de montaña, el jabalí y pieles de coyote decoran paredes hu éspedes, vibrantemente el vibrantemente color natural las camas de cubierta con extensiones tejidas y las estufas de leña de molde antiguo proveen el calor durante noches frescas Alpinas. El hotel como el vino, superó la tierra antes de serle impuesto cambios como tantos resorts modernos.

El hotelero dotado y el Chef Bernardo Balderrama han sido presionados por expertos de vino para someter el vino del hotel Misión a competencias internacionales.
É l siempre se rehúsa declarando que de esto él está en el negocio de hotel no el negocio de vino. "Si la demanda de nuestro vino aumentara - el precio subiría, y luego nosotros no tendríamos bastante para nuestros invitados. "

Un perfecto final para un día de aventuras explorando las cascadas cercanas, bosques y las vistas increíbles del Cañón del Cobre desde miradores cercanos, seria el sentarse frente a una chimenea de piedra en el salón principal y degustar una copa de vino con algunos de sus amigos aventureros.

Cuando uno prueba el vino de la Misión de Cerocahui, uno prueba las montañas, los ríos, la flora y fauna de el cañón del Cobre. El vino es parte de la historia, misterio y magia de la región impregnadas con las memorias de la vieja España, los misioneros Jesuitas, los Indios Tarahumaras y generaciones de la familia de José Maria, que preservo este bouquet de vida para que lo pudiésemos disfrutar hoy.

Para aprender mas sobre el Cañón del Cobre de México, los indios Tarahumaras y Cerocahui, visite: www.viajesbarrancasdelcobre.com